Cirugía de Cataratas – Dr. Douglas Tawse-Smith
20 agosto, 2013
CIRUGÍA DE CATARATAS – Hasta hace algún tiempo la tecnología médica oftalmológica no ofrecía las mismas soluciones que los pacientes reciben actualmente para tratar diferentes problemas en la visión. En la época de nuestros abuelos esperaban a que el paciente hubiera perdido casi la totalidad de la visión, para tomar la riesgosa decisión de practicarle una cirugía de catarata.
La ciencia médica está en constante evolución, pero si existe una especialidad, en la cual el avance de la tecnología es abrumador, inclusive para los mismos especialistas, es en la oftalmología. La introducción de estas nuevas técnicas quirúrgicas es un paso de muchos que han de venir. Lo hemos experimentado antes con otras que hoy en día son de uso rutinario.
Puede considerarse que las técnicas quirúrgicas modernas de cataratas empezaron desde el momento en que se implantaron los primeros lentes intraoculares para corregir el defecto refractivo, resultante de la extracción del cristalino opaco. La cirugía de catarata ha ganado seguridad, exactitud y predictibilidad. Los oftalmólogos tenemos ahora a nuestra disposición, métodos avanzados para lograr excelentes resultados quirúrgicos para nuestros pacientes.
Inicialmente se realizaban incisiones relativamente amplias por donde implantábamos lentes intraoculares de 6 milímetros; incisiones que debían ser suturadas y generaban fuerzas de cicatrización con astigmatismos secundarios. Los materiales y características de los lentes fueron avanzando, permitiendo ya su plegamiento antes de su introducción dentro del ojo, y de esa manera reduciendo el tamaño de la incisión a través de la cual podíamos trabajar, con menores astigmatismos post operatorios, y además generando una operación menos invasiva. Las características de los lentes nos permiten implantar a través de incisiones de 1.1 milímetros hoy en día. Con el implante de los lentes podemos ahora, no solamente corregir los defectos de miopía e hipermetropía coexistentes con las cataratas, sino también los astigmatismos y la presbicia.
La única energía disponible en la cirugía de catarata era la succión controlada por jeringas de vacío sostenidas en las manos del especialista. Surge después una nueva tecnología en donde, a diferencia de la técnica anterior, se destruye el cristalino por ondas de choque de ultrasonido transmitidas a través de una sonda, generando pequeñas partículas de cristalino que simultáneamente son aspiradas; nace la técnica de facoemulsificación (faco: cristalino, emulsificación: fragmentación en pequeñas partículas). Sin embargo el exceso de energía ultrasónica dentro del ojo también puede generar complicaciones. Con la posibilidad de poder retirar el cristalino con catarata, en pequeñas partículas, no requeríamos de incisiones tan grandes. El nuevo reto de la tecnología en este procedimiento era poder distribuir esa energía ultrasónica de manera segura y con mayor eficiencia, pero a su vez desarrollar técnicas e instrumental para acompañar ese avance quirúrgico. Carrera que aún estamos desarrollando y que cada vez toma mayor impulso y velocidad.
Los equipos disponibles para llevar a cabo la intervención nos ofrecen la posibilidad de ser más eficientes en la distribución de le energía ultrasónica dentro del ojo, minimizando los posible efectos secundarios y complicaciones. Nos ofrecen sondas cada vez más delgadas y precisas, que también controlan en milésimas de segundo, los líquidos que entran y salen del ojo durante la operación, manteniendo una presión constante y un espacio intraocular que no se colapsa.
Sin embargo, algunos de los pasos de estas cirugías se han seguido realizando de manera manual, como las incisiones de abordaje al ojo, el retiro de la capsula anterior que envuelve al cristalino (capsulorexis) y las fracturas del núcleo del cristalino; procesos que requieren una excelente habilidad quirúrgica y muchos años de entrenamiento. Las incisiones de abordaje son microscópicas, deben realizarse en varios planos diferentes para evitar el escape de líquido del ojo. El retiro de la cápsula del cristalino requiere controlar el rasgado de una membrana muy delgada, de tal manera que resulte una apertura circular perfecta. El núcleo del cristalino puede tener diferentes grados de dureza, entre más denso sea el núcleo, más difícil es la emulsificación con el ultrasonido. Por lo general requiere de una fragmentación previa en secciones más pequeñas para disminuir la cantidad de energía ultrasónica necesaria para retirarlo del ojo a través de la sonda. Esta fragmentación del núcleo exige una destreza quirúrgica importante y de una manipulación con riesgos de complicaciones durante el proceso.
Desde hace 1 año se ha lanzado al mercado mundial el último avance en cirugía de catarata, que es la introducción del láser de femtosegundo para la corrección quirúrgica de las cataratas.
El equipo trae incorporado todo un sistema de visualización especial (sistema OCT), que nos permite ver de manera amplificada y en tiempo real, las estructuras oculares. Desde la pantalla podemos diseñar las incisiones de abordaje al ojo, calculando con precisión muy alta: su ubicación, su amplitud, la profundidad y los ángulos requeridos para que sea una incisión que no permita el escape de líquido. Así el ojo se mantendrá como una unidad sellada durante y después del procedimiento quirúrgico.
La fractura del núcleo puede ser también programada con tal precisión que hemos llegado a diseñar diferentes patrones de fractura dependiendo de la dureza y naturaleza de las cataratas, para optimizar el ultrasonido. Durante el procedimiento se acopla un cono (figura 2) al ojo y el equipo realiza en menos de 5 minutos: la incisiones de abordaje, la apertura circular de la capsula del cristalino y la fractura del núcleo. Inclusive se puede programar para que realice incisiones especiales para disminuir astigmatismo muy altos previos a la intervención quirúrgica.
Posterior a eso el oftalmólogo procede a retirar los fragmentos obtenidos mediante la sonda de ultrasonido (facoemulsificación) de una manera mucho más fácil que antes y con mucha más seguridad. Al existir menor manipulación del ojo, los postoperatorios son muchos más tranquilos y la recuperación mucho más rápida. En la figura 3 podemos observar un paciente 12 horas después de cirugía.
Dr. Douglas Tawse-Smith
Médico Oftalmólogo
SOCIEDAD DE CIRUGÍA OCULAR
www.sociedadcirugiaocular.com